Como todos los virus, el COVID-19 continúa mutando; sin embargo, una nueva variante ha logrado alarmar a varios países del mundo, haciendo que estos levanten restricciones para evitar que llegue a su territorio.
Se trata de la variante denominada ómicron, detectada el 24 de noviembre en Sudáfricapor la Organización Mundial de la Salud (OMS) y catalogada como “variante de preocupación”este viernes.
Esta variación, que anteriormente era conocida como B.1.1.529, también ha sido identificada en Botswana, Bélgica, Hong Kong e Israel.
De acuerdo a la OMS, algunas de las nuevas mutaciones de la variante omicrón parecen sugerir una mayor capacidad de transmisión que cepas anteriores, con casos detectados “en casi todas las provincias sudafricanas”.
“La variante se ha detectado a un ritmo más rápido que en anteriores surgimientos en el número de infecciones, lo que podría indicar que tiene ventaja a la hora de propagarse”, subrayaron los expertos de la OMS en un comunicado.
De acuerdo al epidemiólogo, Eric Feigl-Ding, miembro de la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS), esta mutación puede ser 500 % más contagiosa que la cepa delta.
“La nueva variante B.1.1.529, que posiblemente sea un 500 % más infecciosa desde el punto de vista competitivo, es la estadística más asombrosa hasta ahora”, tuiteó Feigl-Ding.
Restricciones a viajes desde África
Por tal motivo, varios países, entre ellos Estados Unidos, los de la Unión Europea y República Dominicana anunciaron ayer restricciones a los viajes desde el sur de África.
Canadá y Estados Unidos anunciaron de manera simultánea que prohibirán la entrada a sus países de todas aquellos extranjeros que en los últimos 14 días hayan viajado por siete países del sur de África.
De acuerdo a un comunicado de prensa, las personas de Sudáfrica, Botsuana, Zimbabue, Namibia, Lesoto, Esuatini (o Suazilandia), Mozambique y Malaui tendrán prohibido ingresar a territorio estadounidense a partir del lunes.