La percepción del tiempo por parte de los niños es un tema poco estudiado. Aprender a ver cómo pasa el tiempo podría ser fundamental para tener una experiencia de vida mucho más feliz.
En mi casa nos vemos siempre absorbidos por el debate de cuándo el tiempo va más rápido o más despacio.
“Es más corto en el carro”, grita mi hijo.
“Nunca”, contesta mi hija
Pero también hay consensos: los dos están de acuerdo en que los días después de Navidad y sus cumpleaños son especialmente lentos debido a la idea de que deben esperar otros 365 días para celebrar ambas fechas.
ya que recibimos menos imágenes mentales en una unidad de tiempo de reloj como adultos en comparación con cuando éramos niños.
Los estudios sobre los cambios neurodegenerativos relacionados con la edad sugieren que bien puede haber una asociación entre el deterioro del nervio óptico y una disminución en la velocidad a la que se procesa la información y la capacidad de la memoria de trabajo.
Una cuestión de mecánica
Pero es necesario realizar más investigaciones para comprender esto por completo.
Lo que ves que con tus ojos también puede ser importante. La percepción del tiempo puede verse afectada por las propiedades de lo que se observa: el tamaño de la escena, lo fácil que es recordarla y lo desordenada que está.
Un estudio reciente realizado por psicólogos de la Universidad George Mason en Fairfax, Virginia, descubrió que los dos primeros factores dilatan el tiempo, mientras que el desorden y lo recargada que está una escena lo contraen.
El corazón también envía una señal interoceptiva (lo que permite saber dónde está el cuerpo en el espacio) importante al cerebro sobre el paso del tiempo: nuestra percepción de cuánto dura un acontecimiento cambia con el ritmo de los latidos del corazón.
Si esto realmente desempeña un papel importante en nuestra percepción del tiempo, tal vez no sea casualidad que nuestra frecuencia cardíaca tienda a disminuir con la edad.
Nuestra frecuencia cardíaca tiende a alcanzar un pico en los meses posteriores al nacimiento, antes de disminuir lentamente a medida que envejecemos.
A muchos de nosotros nos sucede otra cosa a medida que envejecemos: se instala una rutina menos fluida y más inflexible.
Las investigaciones han demostrado que cuanto mayor es la presión del tiempo, el aburrimiento y la rutina en la vida de una persona, así como cuanto más orientada hacia el futuro está una persona en comparación con vivir en el momento, más rápido experimenta el tiempo.
Como era de esperar, lo que estamos haciendo en el presente es primordial para nuestra comprensión del tiempo, sin importar nuestra edad.
A medida que aumenta nuestra carga de trabajo mental, por ejemplo, tendemos a experimentar un acortamiento del tiempo, ya que subestimamos la duración de una tarea cuanto más exigente es.
Pensemos en un campamento de vacaciones de dos semanas lleno de diversión: puede que eso sea más memorable que todo el año escolar.
Nádasdy explica que es muy probable que esos recuerdos del campamento de vacaciones ocupen una porción mucho mayor del tejido cerebral, debido a la gran cantidad de aventuras que tuvieron lugar durante ese breve período.
«Es posible que los juicios de las personas sobre lo que realmente ocurrió durante un período de tiempo determinado reflejen en parte su memoria por la cantidad de cosas nuevas que recuerdan que sucedieron», señala McCormack.
«Por ejemplo, si eres un adulto mayor, es posible que no hayas experimentado muchos cambios importantes en tu vida en los últimos 10 años».
Entonces, indica el académico, cuando los haya, se quedarán en tu memoria tanto como ese campamento de verano.
Teniendo esto en cuenta, ¿es posible que los adultos ralenticen el tiempo y recuerden esos sencillos días de la infancia?
Algunas investigaciones sugieren que el ejercicio físico puede ayudar a ralentizar nuestra percepción del tiempo, por lo que simplemente ser más activo podría ayudar (aunque esforzarnos demasiado podría tener el efecto contrario, ya que la fatiga física puede acortar nuestra percepción del tiempo).
Bejan también tiene otras ideas que requieren menos esfuerzo. «Ve más despacio, oblígate a hacer cosas nuevas para salir de la rutina», anota.
«Date el gusto de sorprenderte. Haz cosas inusuales. ¿Has oído un buen chiste? ¡Cuéntamelo! ¿Tienes una idea nueva? Haz algo. Crea algo. Di algo», concluye.
Fuente: BBC News Mundo