Un día como hoy, 5 de julio, pero en el 2020, la República Dominicana se convirtió en el primer país que celebró unas elecciones durante la pandemia del COVID-19.
Bajo las medidas sanitarias de distanciamiento social, desinfección de manos y la inolvidable prenda «la mascarilla», se llevaron a cabo los comicios presidenciales y congresuales, de manera extraordinaria porque dicha convocatoria estuvo pautada para el 17 de mayo de 2020 y tuvo que ser pospuesta por la pandemia del coronavirus.
En el certamen electoral competieron para alzarse como presidente de la República: Luis Abinader del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Gonzalo Castillo del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Leonel Fernández de Fuerza del Pueblo (FP), Guillermo Moreno de Alianza País (ALPAIS), Juan Cohen del Partido Nacional Voluntad Ciudadana (PNVC) e Ismael Reyes del Partido Demócrata Institucional (PDI).
El economista y empresario Luis Abinader y su compañera de boleta Raquel Peña, quienes no tenían antecedentes en la administración pública ganaron con el 52.52% de los votos.
Por su parte, la fórmula del PLD Gonzalo Castillo-Margarita Cedeño de Fernández obtuvo un 37.46%, el expresidente Leonel Fernández, que rompió con el PLD y creó un nuevo partido para presentarse nuevamente a estos comicios, alcanzó El 8.90% de las boletas.
Cerca de 7,5 millones de votantes, casi medio millón de ellos en el extranjero, fueron convocados al certamen que se desarrolló con el porcentaje más alto de abstención de los últimos años. Allí también se eligieron 32 senadores, 190 diputados y los 20 representantes dominicanos ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen).
Los comicios transcurrieron con suma normalidad con la excepción de la muerte de un dirigente del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en las afueras de un centro de votación de Santo Domingo, la capital, supuestamente durante una discusión política.
Con la victoria del PRM concluyeron los 16 años en el que el PLD se mantuvo en el poder y llevó a República Dominicana a ser el país que más creció en último quinquenio en América Latina, aunque con altos niveles de corrupción.
