Santo Domingo.- El Centro de Operaciones de Emergencia (COE) informó la tarde de este lunes que 430 viviendas fueron afectadas, dos de ellas destruidas totalmente, tras el paso de la depresión tropical Grace por el país.
Asimismo comunicó sobre la disminución de las alertas emitidas ante posibles inundaciones, desbordamientos de ríos, arroyos y cañadas y deslizamientos de tierra.
Juan Manuel Méndez, director de la entidad, indicó que redujo las provincias en alerta roja y amarilla y emitió alerta verde para nueve provincias por posibles crecidas de ríos, arroyos y cañadas, así como inundaciones repentinas o urbanas, debido a que la depresión tropical Grace fue ubicada a unos 80 km aproximadamente.
En rojo están 11 provincias: La Altagracia, La Romana, San Cristóbal, Santo Domingo, Barahona, San Pedro de Macorís, San José de Ocoa, San Juan, Monseñor Nouel, Azua, Pedernales y Peravia.
En amarillo 10 y son: Bahoruco, El Seibo, Samaná, María Trinidad Sánchez, La Vega, Independencia, Sánchez Ramírez, Monte Plata, Hato Mayor y Duarte.
En verde fueron colocadas nueve: Espaillat, Elias Piña, Valverde, Montecristi, Puerto Plata, Santiago, Hermanas Mirabal, Dajabón y Santiago Rodríguez.
Las comunidades incomunicadas suman nueve, mientras que cinco albergues acogen a 109 personas que fueron desplazadas desde su vivienda en condiciones de vulnerabilidad.
La Oficina Nacional de Meteorología indicó que el centro de Grace ya salió del territorio dominicano, pero las lluvias van a continuar por el resto de la tarde y gran parte de la noche. Advirtió del peligro de inundaciones por los las precipitaciones agregadas a suelos con alta saturación por las lluvias precedentes.
61 acueductos están fuera de servicio, lo que deja a una población de 799,166 con dificultades para obtener el agua hasta tanto sea regularizada su operatividad.
El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos señaló que las presas del país funcionan de manera normal, ya que no recibieron grandes volúmenes de agua y por las medidas preventivas.
Para este martes se prevé una reducción significativa de las lluvias por la incidencia de una masa de aire con menor contenido de humedad.
