Claudio Ramírez
Hemos visto en los últimos años muchos escritos, sobre la regulación de las cooperativas de ahorros y créditos, algo que resulta extraño, ya que las cooperativas sin importar su naturaleza realizan las mismas actividades y su accionar es el mismo para toda la tipología, sin inclusión de ninguna de ellas.
Lo que llama poderosamente la atención de la población dominicana ya que en muchos de los escritos y expresiones colocadas en la palestra pública, exponiendo cosas que muchas veces hasta desinformativas, tales como hablar de la gobernanza de las cooperativas, si el sistema cooperativo es la expresión de democracia más evidente de empresas algunas, ya que su esencia permite acorde con sus principios y valores la inclusión de sus miembros en las tomas de decisiones a diferencia de otras entidades si son meramente financieras que son controladas por quienes tienen mayor poder económico.
Dicho afán desproporcionado por llevar las cooperativas a la ley monetaria y financiera, suele incluso desinformar, porque no decirle a la población que el modelo cooperativo vino a combatir la usura y la desigualdad que existe en el entorno financiero regular, a reducir la falta de apoyo a las personas y comunidades remotas que poseen poco acceso a los créditos blandos.
También es bueno resaltar que las cooperativas son dirigidas por sus mismos miembros que tienen el trato de socios y no clientes, que mantienen una educación equilibrada y dirigida a todas las áreas de las cooperativas y que su proceso de regulación inicia desde dentro atreves de sus órganos de dirección y control, que tienen definido sus funciones.
Como es el caso del consejo de administración que es el órgano que recibe las orientaciones y los mandatos de la asamblea general para elaborar las acciones que lleven el beneficio a la sociedad cooperativa, pero este órgano no opera solo ya que tiene un organismo de supervisión local que también es electo en asamblea que es el consejo de vigilancia, el cual tiene la facultad de ley de observar las acciones o decisiones de los demás órganos, pero más importante aún tiene la faculta de de vetar cualquier acciones que este infringiendo la ley o la esencia cooperativa, no obstante a eso este órgano tiene la particularidad de que también puede convocar a una asamblea si evidencia que cualquiera de los demás órganos de dirección y control, continua realizando prácticas lesivas para la empresa.
Es bueno resaltar ante estos embates, que también tenemos una supervisión atreves de la ley 155-17, sobre lavado de activos, lo que mantiene un sano desempeño de sus operaciones, ajustadas a las normas nacionales e internacionales, en el caso de la regulación entendemos que si la intención es el sano desempeño de las cooperativas, hagamos énfasis en que ya existe un proyecto de ley más moderno y con procesos más acordes a los nuevos tiempos que reposa en la cámara de diputados, para sustituir a la ley 127-64.
Por esa línea debe venir la regulación, que fue trabajada por los actores que convergen en el cooperativismo nacional, sin exclusión, ni distinción tipológica como se quiere matizar.
Si los análisis que se han realizado fueran objetivos, se hablara del sector cooperativo general, no a un segmento que es el de interés, por los capitales que este segmento implica veamos, las cooperativas de ahorro y créditos tiene más de 1.5 millones de socios, en la actualidad y un total en activos de más 150 mil millones de pesos, esta es la razón original por la que se habla de regulación, la incorporación de estos capitales al sector financiero regular.
Quiero terminar este escrito resaltando que en los últimos 20 años, el sector financiero regulado ha sido objeto de muchos escándalos y quiebras, de entidades que se presentaban ante la sociedad como monstros económicos, con solides y confianza, entonces donde es que esta el riegos real, donde está la regulación o mejor dicho cual es la intención real de mencionar las cooperativas.
