A lo largo de la historia del cooperativismo en la republica dominicana, hemos tenido varia etapas en este sector y una de las más importantes fue en 1963, específicamente el 25 de octubre cuando se crea el instituto de desarrollo y crédito cooperativo (IDECOOP), bajo la ley 31 de ese mismo año, con la intención de regular, educar, orientar y crear cooperativas.
De ese momento han pasado ya casi 61 años, por lo que entendemos que pese a que el IDECOOP, actual ha realizado un gran trabajo, en el área de información, modernización y sobretodo en el fomento del cooperativismo en todas las esferas del país, incluso desde la llegada de esta nueva gestión en el 2020, se han incorporado más de 2,000 nuevas cooperativas.
Lo que demuestra que por parte de las autoridades existe un interés en el desarrollo del cooperativismo en el país, pero ese desarrollo debe ir de la mano con un proceso de observación y monitoreo de las áreas más vulnerables del cooperativismo que es la educación y orientación, hacemos alusión a esta parte porque es la medula de las cooperativas, teniendo claro que el órgano regulador aunque ha realizado una gran labor, sabemos que su gran debilidad es lo micro que se ha quedado ante un sector que es macro.
Evidenciando esta debilidad llamamos la atención a que la ruta a seguir en la actualidad es la de conocer la realidad del sector, en muchos aspectos esenciales como lo son: cuantas cooperativas activas existen en realidad, cuantos asociados tienen las cooperativas a nivel nacional, cual es su patrimonio, la clasificación de los asociados por sexo y edad, pero sobre todo cuanto moviliza el sector en el país.
Esto permitirá una clara visión de la realidad cooperativa en la republica dominicana, permitiría mayor orientación a posibles asociados, pero sobre todas las cosas permitiría mejor supervisión, asistencia mas focalizada y evitaría cualquier tipo de práctica que pudiera resultar lesiva.
Una muestra interesante es la Asociación de instituciones rúales de Ahorros y Créditos AIRAC, que aunque su creación no fue dirigida netamente al sector cooperativo, su trabajo con las cooperativas que agrupa permite tener un diagnostico claro de la realidad de cada una de ellas, incluso evidenciando debilidades y fortaleza de las mismas.
El interés de tener estadísticas no es más que el de clarificar este segmento de la económica, permitiendo más claridad, mayor confianza y mayor aceptación por parte de la población, siendo el IDECOOP, el más beneficiado, por la repercusión que tendría el contar con toda la información previa a cualquier decisión, inclusive utilizar la tecnología para empezar a capturar los datos requeridos.
Queremos concluir exhortando, a todos los órganos de integración que se sumen a la eficientizacion del sector cooperativo, aportando un granito de área, para que las informaciones de las cooperativas bajo su dependencia lleguen, pero es un reto para el IDECOOP, tener ese departamento que se encargue de la actualización de los datos de manera continua.
Quien no conoce su origen y realidad, desconoce su futuro.