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Utopias: a Robert Owen en su aniversario 252

Prof. Oscar Bastidas Delgado.
oscarbastidasdelgado@gmail.com
@oscarbastidas25

En contraste con la concepción corriente de las utopías como sueños imposibles, locuras o quimeras, mi buen profesor Henri Desroche, director de estudios del Colegio Cooperativo de París, afirmaba que podían entenderse como “proyectos imaginarios realizable de una sociedad alternativa”, colocando énfasis en dos condiciones claramente observables en ese concepto: 1.- se refiere solo a sociedades y 2.- son sueños realizables. A lo largo de siglos ellas han orientado a manera de visión a alcanzar los sueños y las acciones cotidianas de inmensos contingentes humanos, entre ellos los de los actores de las Organizaciones de la Economía Social (OES).

Por Economía Social puede entender el conjunto organizacional constituido por asociaciones, mutuales y cooperativas, así como por otras organizaciones que practicando el asociacionismo y no persiguiendo fines de lucro facilitan las soluciones a problemas por afectado que colocan sus recursos y esfuerzos sin intermediarios para ello.

En la historia se encuentran utopías escritas, utopías prácticas y aquellas que sabiamente combinan lo escrito con lo practico como las de Owen (14/5/1771-17/11/1858), autodidacta e industrial innovador en técnicas y sistemas sociales nacido hace 252 años.

Efectivamente, existieron utopías escritas como La República de Platón (428-347 a. de C), la Utopía de Tomás Moro (1480-1535), La Nueva Atlántida de Francis Bacon (1561-1626) y Viaje a Icaria de Etienne Cabet (1788-1856). También destacaron John Bellers (1654-1725) quien en 1695 hizo una exposición de sus doctrinas en el trabajo «Proposiciones para la Creación de una Asociación de Trabajo de todas las Industrias Útiles y de la Agricultura»; Claude Henrri de Rouvroy o Henri de Saint Simon o Conde de Saint Simon (1760-1825), socialista francés que entusiasmo ciertos sectores; y Owen con su Asociación de Todas las Clases de Todas las Naciones en Londres, 1835.

También las prácticas como las de Charles Fourier (1772-1837), quien pregonaba una sociedad fundada sobre pequeñas asociaciones autónomas: los falansterios; el médico William King (1786-1865) quien impulsó el cooperativismo de consumo al igual que el comerciante Michel Derrion (1802-1850); Philippe Bouchez (1796-1865) que ponían en marcha sistemas cooperativos con efectos de altísima importancia; Louis Blanc (1812-1882), apóstol de las cooperativas creador de los Talleres Sociales de Clichy, quien junto a Bouchez impulso el cooperativismo de producción; Pierre – Joseph Proudhon (1809-1865) que destacó en cuanto a los cimientos del mutualismo y luego en propuestas del pensamiento anarquista; J. Deluze; W. Weitling; Friedrich Wilhem Raiffeisen (1818-1888), con su mezcla religiosa-cooperativa, fundador de las cajas rurales en Alemania; Herman Schultze-Delistz (1808-1883) también alemán, fundador de las cajas populares orientadas principalmente para servir a los artesanos y pequeños industriales de las ciudades; Luigi Luzatti (1841-1927) con sus cooperativas de crédito italianas (1863); y otra vez Owen con sus ideas llevadas a la práctica al organizar las colonias de New Lanark en Inglaterra y la de Nueva Armonía en Indiana (USA).

Esa riqueza de propuestas, apoyada en acciones cotidianas contra problemas también cotidianos, fue impulsada por ese “residuo de excluidos y perdedores” y otros sectores que veían lo negativo del capitalismo creciente. A esas manifestaciones de entreayuda y solidaridad en diversos ámbitos, apoyadas en experiencias de gremios y cofradías se agregaron formulas asociacionistas complejas: asociaciones propiamente tales, mutuales con obvios fines de previsión social, y experiencias propiamente cooperativas como una de consumo en Zabaikalie, Rusia, una de construcción en Filadelfia, y otra avícola en Irlanda, las tres en 1831.

Sigue la primera cooperativa de producción en Francia: “l’Association chrétienne des bijoutiers en doré”, fundada por cuatro obreros parisinos en 1834; y una de consumo en Lión, Francia: “Le commerce veridique et social” de 1835, por cuya fundación el lionés Michel Derrion fue condenado en 1840. No fue entonces sino, el 21 de diciembre de 1844, cuando se constituye la Sociedad de los Equitativos Pioneros de Rochadle, la primera en escribir sus pautas de funcionamiento, las mismas que originaron los muy conocidos Principios Cooperativos de Rochdale; experiencia esta que, al igual que el cooperativismo de consumo impulsado por William King, fue calificado por Desroche como una utopía práctica.

El 14 de este mes se cumplen entonces 252 años del nacimiento de Owen, verdadero precursor del pensamiento cooperativo con alta influencia de sus preceptos en “los pioneros de Rochdale”. Fue él quien sentó los precedentes de la integración cooperativa internacional con su propuesta de la Asociación de Todas las Clases de Todas las Naciones en la que se inspiraron los organizadores del Congreso de Cooperativas Inglesas (Plymouth, 1886) y los constituyentes de la Asociación de Amigos de la Cooperación de Producción (Londres, 1892), celebrado por cooperativas de producción de varios países.

También en sus ideas se inspiraron cooperativistas de diversos países para constituir en Londres, el 19 de agosto de 1895, la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), organismo cúpula de integración del cooperativismo mundial

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